¡Atención! 5 valores que los hijos deben aprender de sus padres

La crianza de los hijos debe estar guiada siempre bajo el ejemplo. Esta es la mejor manera de que nuestros pequeños puedan ir formando en su cabeza la idea de lo bueno y malo, ya que a corta edad, los niños siempre suelen imitar a sus progenitores. Con el paso del tiempo, los padres podrán cosechar los resultados de su educación. Sobre los valores que son importantes fomentar, aquí te dejamos la lista de los más importantes. ¡Presta atención!  

1. Respeto. ¿Cómo crees que sería el mundo si todas las personas actuáramos bajo este valor? Todo sería mucho mejor, ¿cierto? Por esta razón, es uno de los principales puntos en los que debe regir la crianza que le demos a los más pequeños de la casa. Ellos deben siempre deben tener presente dónde terminan nuestros derechos y dónde comienzan los de los demás.

2. Responsabilidad. Es uno de los soportes para alcanzar grandes cosas. Y no solo es cuestión de sentar al pequeño y hablarte sobre la importancia de este acto, ellos deben apreciarlo en tu día a día, con tu trabajo, en los quehaceres de la casa, etc. Si eres de las que siempre piensa que es otro el que tiene la culpa de tus problemas, es probable que no le estés enseñando lo correcto. 

3. Honestidad. Con este valor, todos podemos cambiar el mundo. Solo imagina si tus padres, tus maestros, tu pareja y tus exparejas, tus jefes, tus compañeros de trabajo y tus amigas fueran honestos contigo. ¡Qué diferente sería tu vida! La única forma de enseñar honestidad es siendo personas honestas.

4. Justicia. Con enseñarle a los pequeños a actuar correctamente, aun cuando no es lo que más les conviene, ya vas por buen camino. Un ejemplo claro de esto es cuando alguien se encuentra una billetera en la calle. Si tiene documentos, lo correcto es llevarla a la comisaría más cercana o tratar de contactar al dueño por otro medio, sin tocar el dinero que pueda contener. 

5. Empatía. Es, probablemente, uno de los valores más escasos en nuestra sociedad. ¿Y de qué trata? De la capacidad de ponernos en el lugar del otro. Si somos capaces de detenernos a pensar qué puede estar ocurriendo en la vida de los demás, y por qué actúa así, siempre tendremos una palabra o un gesto amable para los demás.

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