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La dificultad para leer en forma fluida y descodificar las letras que se están viendo, recibe el nombre de dislexia y es un trastorno del ampliamente estudiado en la niñez. Esta dificultad para leer y para comprender lo que se lee no se relaciona con problemas en la inteligencia, sino con la forma de procesar las letras y las palabras.

Desafíos y retos

Lo más difícil en muchos casos es seguir el ritmo de la clase porque los niños con dislexia leen mucho más despacio que sus compañeros. La puede tratarse mejorando la habilidad para leer y la comprensión lectora del niño. Para conseguir este objetivo, el niño debe trabajar de forma constante, no solo en el aula sino en casa y debe recibir el apoyo de sus padres.

Lo principal es detectar exactamente qué tipo de dislexia tiene el niño y cuál es su intensidad. A partir de ese diagnóstico se pueden realizar diferentes actividades como la lectura conjunta de libros que sean del interés del niño, también es bueno leer en voz alta de modo que el niño detecte sus errores y hacer énfasis en las sílabas complejas. 

En el aspecto emocional, procura mantener la motivación. recuerda que estas dificultades no están asociadas a la inteligencia, el niño con dislexia es igual de capaz que cualquier otro.  

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