Paloma Noceda: "Llevaré a Keiko a dar una vuelta en el mar" (VIDEOS)
Paloma Noceda: "Llevaré a Keiko a dar una vuelta en el mar" (VIDEOS)

Paloma Noceda anidó en el Congreso por las filas de . No es figureti como algunos de sus colegas, pero dejó la motonáutica competitiva porque quiere apoyar el deporte y el Parlamento le da esa oportunidad. Esta es una entrevista sobre las olas en la playa Naplo.

¿Qué hace una “Paloma” en el Congreso?

Durante 18 años había representado a Perú en el deporte y cuando me invitaron a participar en política, no lo dudé. Sentí como una convocatoria a la selección y la acepté porque creo que puedo contribuir en el Congreso.

¿Y cómo es un día suyo como legisladora?

Hay veces que digo “estoy encerrada en este recinto (Congreso) y afuera hay un sol”, que es mi ambiente natural (en el mar), pero también hay días bien adrenalínicos, parecidos a la previa de una competencia. Me gusta bastante trabajar temas relacionados con el deporte.

¿Cree que los peruanos cuidamos nuestro mar?

No lo cuidamos para nada. Yo uso una moto de cuatro tiempos, que son amigables con el medioambiente. Cada vez que entro al mar me da pena: aparte de lo sucio, ves manchas de petróleo y aceite.

Usted es una de las legisladoras más simpáticas. ¿Le sueltan piropos?

Nooo (risas). Mi carácter en el Congreso es poco alegre. No se presta para los coqueteos, soy bien seria.

¿Paloma, hasta dónde piensa volar?

Aspiro a realizar un buen papel en el Parlamento y trabajo un montón; estoy en cuatro comisiones como miembro titular y soy coordinadora de 3 grupos.

KEIKO SOBRE MOTO

¿Y piensa llevar a Keiko a dar una vuelta en el mar?

Ah sí, ojalá pueda convencerla pronto. Espero que se dé una escapadita. Es que ella trabaja bastante.

¿Qué congresista le parece el más guapo?

Uy, mi esposo lee eso y se va a molestar (risas). Me lo guardo. La verdad, no hay mucho…

¿Y el más feo?

Hay varios. Hay congresistas que de la nada arman una bronca.

¿Se considera la paloma de la paz o de la guerra?

Yo soy bien respetuosa. No ataco a alguien por las puras. No me ha pasado que haya tenido que defender algo con las uñas. Seguramente ya me saldrá la Paloma guerrera que veías cuando estaba en la moto en una competencia.

¿Hay algún congresista que ve como el profesor, el guía de Fuerza Popular?

Mmm. De las mujeres, Luz Salgado es como la mamá del Congreso. Con tanta chamba que tiene se da tiempo para darnos un consejo. La admiro y respeto. De los hombres, me encanta el estilo de trabajo de “Miki” Torres, es un trome.

¿Cómo es con sus hijos en casa?

Supercariñosa, apapachadora, pero también la bruja en la casa. Cuando hay que poner disciplina, entonces a mis hijos los exprimo para que desarrollen todo su potencial.

Tiene dos hijos, ¿se animará por uno más?

No, ahí queda, pero quién sabe.

¿Y su esposo qué dice?

De hecho, los dos querríamos si la vida fuera más fácil, pero es difícil.

Pero con el sueldo de congresista…

Uy, tampoco alcanza.

¿Usted debe hacer un buen cebiche?

Mi esposo es mejor que yo en la cocina, él cocina superrápido. Yo soy más de estar con mis hijos, ver si hicieron las tareas o si cumplieron con sus actividades.

¿Cómo conoció a su esposo?

Un amigo que era cachimbo conmigo nos presentó. Yo tenía 17 o 18 años cuando lo conocí, pero de ahí no nos vimos un buen tiempo. En 2004 hicimos contacto nuevamente y de ahí nunca nos separamos.

¿Lo hizo sufrir antes de darle el sí?

La primera invitación al cine no la acepté, lo hice sufrir un poquito. Pero luego, cuando salimos, nos enganchamos rápido. Encontramos muchas cosas en común.

¿Se te declaró o fue de frente al chape?

Se me declaró a la antigua, fue muy bonito. Me dijo las palabras mágicas: “¿Quieres estar conmigo?”.

QUIÉN ES QUIÉN

¿Le gusta bailar?

No soy superbailarina, pero mi esposo sí. Cuando bailamos, él me guía y lleva para las salsas y merengues.

¿Y en la casa quién manda?

Los dos, somos democráticos. No puedo negar que él cocina buenazo, me ha salvado de varias. Tiene cinco hermanos y como es el segundo le ha tocado ayudar a su mamá a cambiar el pañal. Cuando teníamos a la bebé en casa, él ayudaba; es superpráctico y nuestra relación es bonita.

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