El consumo de alcohol entre niños y adolescentes tiene consecuencias muy graves. Si bien la ley peruana establece que la edad mínima para comprar y consumir bebidas alcohólicas es a los 18 años, esto no siempre se cumple. Según datos del Programa Nacional de Centros Juveniles (PRONACEJ), un 59% de adolescentes en el Perú afirma haber consumido bebidas alcohólicas de “forma ocasional”.

En el marco del Día Mundial sin Alcohol, que se conmemora este 15 de noviembre, Diageo, líder mundial de bebidas espirituosas, reitera su compromiso por concientizar a la población sobre los riesgos del consumo de alcohol en menores de edad, en especial, en un escenario donde suelen ocurrir excesos de cara a las celebraciones de fin de año. Además, hace un llamado a los consumidores a beber responsablemente, mientras la pasan bien en familia o con amigos.

Los riesgos del consumo de alcohol en menores de edad son muchos. Esto se debe a que los niños y adolescentes no están preparados, ni física ni psicológicamente, para los efectos que ocasiona el licor en sus diversas formas. Cuando un niño empieza a beber antes es mucho más propenso a convertirse en un bebedor crónico o problemático. Además, suelen tener más accidentes relacionados al consumo de estas bebidas y podrían tener problemas en el colegio, con los amigos o sus familias.

A través de su campaña “Derribando Mitos”, Diageo viene generando conciencia sobre el consumo nocivo de alcohol a temprana edad. Pero, ¿cómo podemos hablarles a los niños y adolescentes sobre el consumo de alcohol y sus consecuencias? Los padres tienen un rol esencial en este proceso. Debido a la presión social, muchos jóvenes pueden sentir curiosidad acerca del consumo de alcohol y podrían querer probarlo. Por ello, es importante tomar la iniciativa y hablarles sin miedo ni vergüenza. Por ello, compartimos cuatro consejos:

1. Busque siempre el diálogo. La comunicación entre padres e hijos es esencial en la prevención de este problema. Conversar sobre el consumo temprano de alcohol y sus consecuencias lo preparará mejor para afrontar la presión social en su entorno. Ojo: dialogar no es lo mismo que dar un sermón. Hay frases y formas que podrían generar un efecto contrario. Hable con sus hijos desde el amor, el entendimiento, la comprensión y la escucha clara y sincera.

2. Dé el ejemplo. Como padres debemos enviar el mensaje a nuestros hijos de que el alcohol no es necesario para divertirse. Lamentablemente, muchas veces emitimos frases negativas en casa como: “Necesito un trago para relajarme”. Si bien eso no significa que los padres no puedan beber, hay que ser conscientes de no estar enviando mensajes que relacionan el consumo de alcohol con diversión o alivio del estrés. Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol delante de nuestros hijos podría ser doblemente perjudicial, ya que estamos diciéndoles que el consumo sin control de alcohol es normal.

3. Hable en casa de los mitos sobre el consumo de alcohol. Es importante que como padres derribemos mitos y falsas verdades sobre este tema. Uno muy común es aquel que dice que los adolescentes “pueden beber poco para que sepan lo que es el consumo responsable”, algo que es completamente falso. Los menores de edad nunca deben beber alcohol. Son muchos los daños asociados con el consumo de alcohol a edad temprana, como alteraciones del desarrollo cerebral, mayor riesgo de trastornos de salud mental, lesiones, accidentes, dificultades para hablar y autocontrolarse, entre otros.

4. Eduque sobre los efectos del alcohol en los adolescentes. Muchas veces los jóvenes no tienen sentido del riesgo. Por tanto, es importante que desde la familia se le explique de manera clara los efectos nocivos que tiene el consumo de alcohol a edades tempranas, desde dificultades para razonar y aprender, atención y concentración, desarrollo de funciones, etc. Además, es importante recalcar que el alcohol puede dejar secuelas para su vida adulta.