El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez fue un pandemonio debido al retraso y hasta suspensión de varios vuelos que, en su mayoría, debían dirigirse al interior del país.
Según los reportes preliminares, al menos 120 salidas y 6 mil pasajeros, fueron afectados entre la noche del último jueves, y el mediodía de ayer viernes, debido a una alteración en la frecuencia de los despegues.
Esto último, por decisión de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac), que pretendía dar un respiro a sus controladores, quienes deben trabajar en sobre turnos debido a la falta de personal.
Esta separación, de 5 minutos entre salidas, provocó retrasos que iban desde los 30 minutos hasta las tres horas, provocando que familias enteras, conformadas incluso por madres con bebés en brazos, tengan que quedarse varadas. La autoridad debe sancionar a Corpac”, dijeron los pasajeros afectados.
Mea culpa
Ante el caos vivido, Corpac anunció que dejaría sin efecto la modificación de la frecuencia de salidas, a fin de garantizar las correctas operaciones en el principal y más importante terminal aéreo del país.
Asimismo, la empresa lamentó los inconvenientes ocasionados a los miles de pasajeros. “Para nuestra institución la prioridad es garantizar la seguridad de todos los usuarios”, precisó en comunicado.
No obstante, el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, indicó que lo sucedido “es fruto de que no haya la cantidad suficiente de controladores” y de que haya habido un aumento del número de horas trabajadas.
Algo más
La Asociación de Empresas de Trasporte Aéreo Internacional (AETAI) dijo que la situación no mejorará hasta que haya más controladores.