Entre enero y octubre de 2025 se registraron 7,894 divorcios en todo el país, cifra que supera los 7,450 casos inscritos en el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp). El incremento refleja una tendencia sostenida al alza en las separaciones legales, especialmente en los principales centros urbanos del país.

Pese a este aumento, los peruanos continúan apostando por el matrimonio. En el mismo periodo se inscribieron aproximadamente 42 mil matrimonios a nivel nacional, aunque esta cifra es ligeramente menor a la registrada el año pasado, lo que evidencia cambios progresivos en la forma en que las parejas conciben el compromiso formal.

Las estadísticas muestran que la mayor cantidad de divorcios se concentra en Lima y Arequipa, regiones que también lideran el número de matrimonios, junto con la zona costera y el centro sur del país. Esta concentración responde, en parte, a la mayor densidad poblacional y a las dinámicas sociales propias de las grandes ciudades.

Entre las causas más frecuentes del divorcio en el Perú figuran la infidelidad, los problemas financieros, la falta de comunicación y la violencia doméstica. A estas se suman la falta de compromiso, las diferencias irreconciliables y las adicciones, factores que terminan deteriorando la convivencia y el vínculo emocional de la pareja.

Especialistas advierten que la falta de comunicación y de compromiso suele ser uno de los obstáculos más complejos de superar, ya que genera distanciamiento emocional y conflictos constantes. En el caso de la violencia doméstica, se trata de una problemática grave que requiere atención inmediata y acciones firmes para proteger a las víctimas.

En paralelo, se evidencia un cambio en la dinámica social del país, marcado por una mayor autonomía de la mujer peruana. Si bien esta independencia ha fortalecido su capacidad de decisión, aún persisten presiones sociales, como el cuestionamiento a quienes permanecen solteras o deciden postergar la maternidad después de los 30 años.

La psicóloga Daniela Hernández señala que la terapia de pareja puede ser una herramienta efectiva para enfrentar las crisis matrimoniales, ya que permite mejorar la comunicación, comprender los conflictos y reforzar la relación. Buscar ayuda profesional, afirma, no implica que el matrimonio esté perdido, sino que existe disposición para trabajar en él.

Finalmente, la especialista sostiene que el divorcio no debe entenderse necesariamente como un fracaso, sino como el cierre de una etapa. En determinados casos, la separación puede ser la mejor decisión para ambas partes y una oportunidad para reconstruir la vida personal y emocional desde un espacio más saludable.