“¿Qué le pasa a Perú que cuando uno deja de ser presidente lo meten preso?” fue la pregunta que lanzó el papa Francisco, en 2018, frente a los obispos peruanos, cuando les daba un mensaje sobre la crisis política en el continente.
La pregunta cobra hoy notoriedad pues con la noticia de la próxima extradición de Alejandro Toledo, concedida según la Fiscalía por Estados Unidos, serían tres los expresidentes encarcelados.
Su obligada llegada, además, originará que el Establecimiento Penitenciario de Barbadillo, donde le correspondería ser recluido junto a los dictadores Alberto Fujimori y Pedro Castillo, alcance el máximo de su capacidad de albergue.
Según fuentes del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), en este penal, creado el 2007 y ubicado dentro de las instalaciones de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) en Ate, hay espacios separados hasta para tres reclusos.
Inquilinos presidenciales
El primer inquilino de la denominada “cárcel presidencial” ha sido Fujimori, quien está preso desde 2007 por crímenes de lesa humanidad; en diciembre último, se le sumó Castillo, quien quiso seguirle los pasos dando un golpe de Estado que resultó fallido.
Quien también pasó un periodo albergado en este establecimiento de 800 m2, fue el expresidente Ollanta Humala. Aunque ahora goza de su libertad, podría volver si la justicia lo determina así en los casos que enfrenta por corrupción. Sin embargo, faltaría espacio en el penal y tendría que ser instalado en otra cárcel o ampliar el espacio en Barbadillo.
OJO AL DATO. Tanto Fujimori como Castillo tienen acceso a un jardín desde sus celdas, las mismas que cuentan con camas, mesitas, etc.Alejandro Toledo Expresidente.