Un padre hizo un atroz acto en China, arrojó a su propia hija recién nacida a un acantilado de 70 metros.
El sujeto quiso deshacerse de la pequeña porque no quería más hijos, pero las ganas de vivir de ella fue mayor que logró sobrevivir milagrosamente.
La bebé cayó sobre un árbol y estuvo colgada por más de diez horas hasta que la policía la pudo rescatar cuando personal del hospital se percató que había desaparecido.
Al interrogar al padre, este confesó que la había arrojado al acantilado luego de meterla en una bolda de plástico. Además, confesó que tenía dos hijas y una más era demasiado.
Tras salvar a la bebé, el padre fue detenido. La pequeña se salvó porque el árbol sobre el que cayó era frondoso, lo que evitó que se genere lesiones.
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