Como si estuviera en su fenecido programa de televisión, el animador Andrés Hurtado hizo ayer gala de su capacidad histriónica ante el juez Juan Carlos Checkley, quien ordenó su detención preliminar por siete días por los presuntos delitos de tráfico de influencias y cohecho en agravio del Estado.
Durante la diligencia de control de identidad, en la sede de la sede de División de Investigaciones de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) de la Policía, reveló que padece tres enfermedades, una de ellas TDT (trastorno mental que se caracteriza por excesiva emocionalidad y búsqueda de atención) y que toma nueve pastillas diarias. Luego, dijo no recordar su lugar de residencia ni su número de teléfono, y que solo estudió hasta quinto grado de primaria, porque “todo sacaba rojo”. Pidió que un médico lo evalúe, pese a que horas antes se le declaró estable. Hablaba con propiedad y por momentos se mostraba olvidadizo
Sin embargo, cuando se le consultó sobre sus ingresos reveló que estos podían llegar hasta 300 mil soles mensuales, pues tenía hasta 18 auspiciadores, y a veces solo 10 mil. También afirmó que tiene dos departamentos alquilados por una de sus empresas -que no recuerda cuál- en Miraflores, cuyos dueños le han pedido que desocupe.
Luego de una larga madrugada de diligencias, tras su captura en una clínica de San Borja, se le veía sereno, y era asesorado por un defensor de oficio, pues el abogado
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Único en el mundo
Hurtado recalcó que fue sometido a tres cirugías en la clínica donde estuvo internado las últimas tres semanas, que es el “único caso en el mundo” de haber padecido COVID-19 seis veces y que tiene el 15% de sus pulmones comprometido. Detalló que padece hipertensión, arritmia cardíaca y diabetes.
Durante su detención, cuestionó la presencia de cámaras, pero la fiscal le aclaró que se trata de un procedimiento estipulado en la norma. Luego de la evaluación de un médico legista, que concluyó que se encuentra estable, fue llevado a la sede policial de la avenida España, donde cumplirá detención preliminar de siete días.
“Chibolín” reveló haber cometido delitos, como tráfico de influencias, en una entrevista con el periodista Beto Ortiz, y luego han ido apareciendo otras acusaciones como lavado de activos y vinculaciones con cuestionados personajes de diversos sectores.