La alta demanda laboral en el sector minero no es un secreto para nadie. Ante ello, Nataly Ticona de Cetemin comentó que, mediante sus estadísticas, pudieron conocer que los egresados se demoran entre 3 a 6 meses en insertarse al mercado laboral.
“Una vez cumplido ese tiempo, aproximadamente son 8 de cada 10 los egresados que ya están trabajando en actividades relacionadas a su carrera”, sentenció en una entrevista al Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Es que la falta de técnicos brinda un camino de luz para los jóvenes que desean una carrera donde no se espera mucho para empezar a trabajar. José Luis Cerrón, director de SENATI en Arequipa y Puno, aseguró al IIMP que en el país hace falta más egresados técnicos, pues hay un 30%-40% de puestos de trabajos que no son satisfechos.
“Todo el tema en la región se mueve en función a la minería. Se consume mucha mano de obra técnica y hay una brecha por cubrir, incluso, al final esto se convierte en una oportunidad para los jóvenes porque se emplean rápidamente”, explicó.
Programas alineados a necesidades
Por su lado, Ticona aseguró que es importante que los centros estén en constante comunicación con los ministerios y empresas para conocer qué es lo que necesitan.
“Se han realizado estudios de pertinencia con empleadores del mercado laboral, específicamente del sector minero, y también relacionadas como contratistas y luego se ha procedido a construir unos referentes productivos”, añadió la especialista.
Asimismo, los jóvenes egresados brindan un feedback de mejora continua para saber qué cursos y especializaciones se pueden sumar. Sin embargo, no dejó de lado la importancia de las habilidades blandas en el mercado laboral, sobre todo porque las casas de estudios se están preocupando pues las empresas les piden profesionales a todo nivel.
No todo son habilidades técnicas
Diana Rake, directora del IIMP, señaló que, durante toda la historia, la minería ha tratado de enfocarse en bajar costos y tener controladas todas las operaciones. No obstante, hace unos 15 años atrás, el sector tuvo que cambiar.
La industria minera se dio cuenta que necesitaba de líderes con habilidades blandas, sean de relacionamiento, de empatía, de comunicación o de manejo de situaciones de incertidumbre.
“Ha visto un cambio. Han tenido que transformar un poco a los líderes, sobre todo en su manera de hacer las cosas, incorporando estos aspectos, que no son solamente matemáticos o de costos o de control. Todo ello va sumando al perfil del minero, lo vuelve un profesional más global”, indica.
No obstante, Rake recomienda a la academia empezar a preocuparse más por las habilidades blancas. También, menciona que se necesita incorporar al mercado profesionales integrales.
Además, señaló que el IIMP también cumple un rol importante en ayudar a los jóvenes profesionales con las habilidades blandas. Esto mediante los programas de Mentoring y Coaching, a través de los cuales se preparan para el mercado laboral.