La inseguridad ciudadana se ha convertido en un problema crítico para los más de 33 millones de peruanos. La falta de efectivos policiales dificulta atender todas las emergencias relacionadas con la delincuencia.
En Lima hay un policía por cada 500 habitantes. Este número está lejos de las recomendaciones de la ONU, que sugieren un agente policial por cada 250 a 300 habitantes, según cifras oficiales del Fondo de Aseguramiento en Salud de la Policía Nacional del Perú (Saludpol) y un reporte del Ministerio del Interior (Mininter).
El déficit de agentes afecta directamente la capacidad de respuesta ante delitos, advierten los especialistas consultados por OJO. Para revertir esta situación, el país necesitaría al menos 40,000 policías adicionales.
En Lima, el problema es aún más grave. Se estima que hacen falta 20,000 efectivos adicionales para atender la creciente demanda de seguridad. Esto se traduce en menos patrullajes y más zonas vulnerables a la criminalidad.
El criminólogo Julio Sánchez resalta que “la insuficiencia de policías fomenta un ambiente propicio para el crimen organizado y los delitos menores”. Además, señala que la delincuencia ha evolucionado más rápido que los sistemas de seguridad.
El Mininter ha reconocido la necesidad de incrementar el número de efectivos, pero enfrenta limitaciones presupuestales. Los recursos disponibles no son suficientes para cubrir la contratación y la formación de nuevos policías.
Por otro lado, expertos en seguridad destacan que el problema no es solo cantidad, sino calidad. “No basta con sumar policías, también es necesario capacitarlos en técnicas modernas para combatir el crimen”, afirma la especialista en seguridad ciudadana de Cuánto, Andrea Gutiérrez.
“A nivel internacional, varios países han demostrado que un incremento en el personal policial reduce significativamente los índices de criminalidad. Perú podría tomar como referencia estos casos para mejorar su estrategia”, agregó.