¿A quién no le gustaría entrar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y animar a su familiar en estado crítico a que luche por su vida, abrazándolo, tocándolo y diciéndole palabras bonitas? Esta situación ya no es una utopía en la salud pública nacional porque el Hospital de Lima Este-Vitarte (HLEV), consciente de la importancia del apoyo emocional y el contacto con los seres queridos en estado grave, ha implementado la “estrategia de humanización” en este recinto que siempre fue infranqueable en cualquier establecimiento sanitario.
¿De qué se trata? El doctor Holguín Grández Culqui, responsable de la UCI del HLEV, señala que “es una estrategia que nace con el objetivo de que la familia sea parte del engranaje, manejo y tratamiento del paciente grave”.
“Inclusive, muchas personas ven a las UCIs como sinónimo de muerte, que de hecho lo es, pero queremos cambiar esa imagen fría. Está comprobado que el acercamiento con su paciente en cuidados intensivos, produce una serie de cambios fisiológicos, neurológicos, psicosomáticos dentro del enfermo por más que esté sedado, dormido, relajado. Este procedimiento también mejora la supervivencia, disminuye la estancia hospitalaria y las secuelas”, añade el especialista.
PROTOCOLO. Para que un familiar visite a su enfermo en la Unidad de Cuidados Intensivos cumple el siguiente paso a paso.
1. El pariente primero recibe un informe médico presencial en un ambiente exclusivo. El objetivo es que haya una empatía médico-familiar. “Hemos tenido familiares que han llorado con nosotros”, cuenta el doctor Grández.
2. Luego el familiar -teniendo el diagnóstico claro- pasa a una sala de abordaje psicoterapéutico con un equipo de psicólogos. Y es que generalmente hay pacientes en muy mal estado. “Nuestro objetivo, a largo plazo, es tener una UCI de puertas abiertas”, acota.
3. Y después el pariente pasa a la visita médica presencial, con todos los protocolos: mandil, mascarilla, gorro y lo educan sobre las medidas de bioseguridad, que básicamente es el lavado de manos (los 5 momentos). “La visita dura de 20 a 30 minutos y el familiar puede tocar, besar, acariciar y decirle frases bonitas al paciente; este método está avalado por la medicina intensivista”, incide el jefe UCI del hospital de Vitarte.
Lo que complementa la “humanización” es la musicoterapia, en coordinación con salud mental, de comprobados resultados terapéuticos.
DATO
El hospital de Vitarte suma 31 camas en UCI, repartidas para las diversas especialidades.
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