Los médicos lograron rescatar los otros dedos y aplicar una matriz acelular para facilitar la recuperación y la funcionalidad de la mano dañada.
Los médicos lograron rescatar los otros dedos y aplicar una matriz acelular para facilitar la recuperación y la funcionalidad de la mano dañada.

Un niño de 13 años, que casi pierde la mano izquierda al explosionar un artefacto pirotécnico que le provocó mutilación de los dedos índice y medio, volvió a sonreír luego que médicos y enfermeras del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de Breña lograron rescatar los otros dedos y aplicar una matriz acelular para facilitar la recuperación y la funcionalidad de la mano dañada.

El menor sufrió el accidente la noche del advenimiento del presente año cuando junto a sus familiares reventaban pirotécnicos en su barrio en El Agustino. La detonación le causó la pérdida irreversible de dos de los dedos de la mano izquierda y de inmediato lo condujeron a este centro hospitalario.

El menor recibió tratamiento y rehabilitación en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de Breña
El menor recibió tratamiento y rehabilitación en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de Breña

Desde ese día, los especialistas lucharon incansablemente para salvar lo que quedaba de la mano del paciente Luis Antonio. Realizaron procedimientos quirúrgicos meticulosos con ayuda de la tecnología médica de avanzada.

“Este trágico incidente sirve como un recordatorio doloroso del peligro inherente de los artefactos pirotécnicos, los efectos devastadores de un solo error pueden cambiar la vida de una persona y de sus seres queridos para siempre. La prohibición del uso de estos objetos podría ser un paso crucial para proteger la seguridad y el bienestar de nuestros niños”, manifestó el cirujano del INSN, Raúl Rodríguez Vilca.

Miriam Cóndor, madre del paciente, acompañó a su hijo en la difícil batalla por su recuperación. Aunque devastada por la pérdida de los dedos de su vástago encontró consuelo en el hecho de que, a pesar de los desafíos, su hijo ha demostrado lucha y coraje.

“Este trágico incidente sirve como un recordatorio doloroso del peligro inherente de los artefactos pirotécnicos. Los efectos devastadores de un solo error pueden cambiar la vida de una persona y de sus seres queridos para siempre. La prohibición del uso de estos objetos podría ser un paso crucial para proteger la seguridad y el bienestar de nuestros niños”, manifestó el cirujano del INSN, Raúl Rodríguez Vilca.

Tras permanecer internado un mes la Unidad de Cuidados Intensivos y en rehabilitación, Luis Antonio fue dado de alta.