La columna del Director: Gobierno y oposición sin hipocresías
La columna del Director: Gobierno y oposición sin hipocresías

Los políticos tienen que estar en sintonía con lo que quiere el pueblo y no con caprichos personales ni intereses partidarios. Esa es la forma en que tiene que actuar el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, es decir sin hipocresías. De hecho que PPK, por su forma de ser, es enemigo de los hipócritas, de los cuales hay muchos en la política criolla.

No es fácil desterrar las falsas promesas o anuncios que nunca se cumplen. Por eso es que todos los grupos políticos tienen que concertar para apoyar al nuevo gobierno a alcanzar sus logros y metas de acuerdo a la realidad del país y de cada región.

En esta tarea, el fujimorismo tiene una especial responsabilidad porque con su mayoría parlamentaria tendrá que decidir muchas de las leyes que proponga el poder ejecutivo o las iniciativas de las bancadas y comisiones que integran el Congreso.

Ya es tiempo de dejar el odio, la venganza o el resentimiento por ambos lados, ya sea oficialismo y oposición. Hay que dejar atrás las rencillas y los insultos de la campaña electoral. No hay que perder las oportunidades para concertar y conciliar, pero todo hace pensar que ppkausas y fujimoristas siguen en tira y jala dentro del congreso.

No hay duda que el responsable del manejo del país es el Presidente de la República, pero también están los poderes legislastivo y judicial para ayudar a empujar el carro. No se trata de solo criticar sino de contribuir a que los proyectos de ley se hagan realidad en favor del pueblo y de las grandes mayorías, especialmente las inversiones para crear fuentes de trabajo.

Pedro Pablo Kuczynski ha sido tajante en pedir el apoyo del Congreso para sacar adelante las leyes. Así que los fujimoristas no se hagan los locos en rechazar proyectos que por el simple hecho de que a ellos no les gusta, tratar de paralizar al país o poner piedras en el camino para luego quejarse o criticar las decisiones del poder ejecutivo.

PPK se ha propuesto llevar adelante una “revolución social” en el país, dando prioridad a los más necesitados, especialmente dando facilidades para una buena educación, atención en salud, mejores condiciones de trabajo y agua y desagüe para todos, entre otras promesas que tampoco sabemos si las podrá cumplir.

Esperemos que esas promesas no sea como “la gran transformación” que prometió Ollanta Humala“ y se fue dejándonos al borde del caos, que t inseguridad y con más pobreza. Que PPK no se olvide que sus grandes promesas son “revolución social” y un “Perú moderno”. Que todos sus esfuerzos sean hacia el cumplimientos de esos objetivos y que todos los grupos políticos, especialmente el fujimorismo y el Frente Amplio de la izquierdista Verónica Mendoza, lo apoyen sin hipocresías.

Para eso, los congresistas que integran la bancada de Peruanos por el Kambio, tienen que ser muy prudentes y atinados para tender puentes de concertación y entendimiento con los grupos opositores que, como vemos, aún siguen respirando por la herida y picones por la derrota. Es hora de que Keiko Fujimori se decida a sumar esfuerzos con su mayoría parlamentaria para darle al Perú unión, paz social y progreso.