Luego de un feriado largo por la festividad de Semana Santa, hoy todos volvemos a nuestros quehaceres. Más de un millón de peruanos pudieron aprovechar estos días para viajar por turismo, reencontrarse con sus seres queridos o simplemente para descansar. Sin embargo, muchos prefirieron acudir a las ceremonias religiosas, participar de las homilías y pedir por algún milagro a Cristo. Efectivamente, los peruanos somos muy creyentes y elevamos nuestras oraciones al Salvador para que nos ayude en nuestro día a día.
Y como país, diremos que el Perú necesita ayuda divina para poder resolver los grandes problemas como la inseguridad, la corrupción o la falta de empleo.
“A Dios rogando y con el mazo dando”, reza el refrán, y así debe ser. Las autoridades tienen que hacer bien su trabajo, como corresponde, y los ciudadanos debemos cumplir nuestros deberes. Hay muchas tareas pendientes y solo con esfuerzo y dedicación vamos a poder resolverlos. ¡Que Dios nos ilumine siempre!