En las diferentes etapas de sus vidas, las mujeres son vulnerables a sufrir algún tipo violencia en el Perú. Según los Centros de Emergencia Mujer (CEM), entre enero y julio de este año, atendieron a 79,995 víctimas, mayoritariamente jóvenes y adultas de 18 a 59 años.

De ese total, 30,610 (38.3 %) mujeres vivió violencia física, cuyas tres manifestaciones empleadas con más frecuencia por sus agresores son empujones o tirar al suelo, puñetazos y jalones de cabello.

Este tipo de violencia, que incluso afecta a mujeres embarazadas o con algún tipo de discapacidad, es perpetrada principalmente por sus propias parejas.

Además, de acuerdo a la data histórica de los CEM, la violencia contra ellas viene en aumento, pues pasó de 59,521 a 63,726 entre 2022 y 2023, y las actuales cifras apuntan a que esta tendencia seguirá durante este año.

Lima concentra a la mayoría de víctimas que han buscado ayuda ante las agresiones. Le siguen Arequipa y Cusco.

Perfil psicológico. A raíz de los actos violentos ejercidos por contra su pareja Pamela López, la especialista en psicología de Surco Salud, Sussy Esteban, consideró, en base a las actitudes del jugador, que presenta un trastorno de la personalidad antisocial, como los agresores de mujeres.

“Prestan poca atención a los sentimientos de su entorno, no respetan los derechos ni opiniones de los demás, son personas agresivas e impulsivas”, mencionó.

Respecto a las víctimas, como Pamela, refirió que pueden tener trastorno de personalidad dependiente, por lo que necesita estar acompañada.

“Una persona agredida puede sanar; sin embargo, requiere de un acompañamiento psicológico, orientación y monitoreo constante”, dijo tras referir que cada víctima tiene su propio proceso.

OJO AL DATO. Más de la tercera parte de víctimas de violencia física presenta un nivel de riesgo severo, es decir, su vida está en peligro.

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