La instalación de rejas por parte de la Municipalidad de Lima, destinada a organizar el comercio y facilitar el tránsito en Mesa Redonda, ha resultado en una medida poco efectiva.

En lugar de solucionar el problema, estas estructuras parecen haber agravado el caos característico de la zona, así lo confirman los mismos comerciantes formales y el público en general.

Mesa Redonda, especialmente en campaña navideña, es un punto neurálgico del comercio informal y las aglomeraciones. Las rejas, lejos de despejar las calles, ahora son utilizadas como soportes para triciclos, ganchos y carretillas, bloqueando el paso peatonal y de emergencias.

Esta situación ha generado preocupación entre los ciudadanos, quienes temen que la falta de acceso rápido ante un incendio u otra emergencia podría desencadenar tragedias similares a las del pasado.

“¿Cómo ingresará un camión de bomberos si todo está bloqueado? ¿Quién garantizará la seguridad de las personas?”, cuestionan vecinos y comerciantes.

Las imágenes compartidas en redes sociales muestran rejas aseguradas con alambres y ganchos y los ambulantes alrededor o pasando la estructura.

Además, la alta concentración de vendedores ambulantes impide la movilidad y hace que el espacio sea aún más inseguro para los miles de compradores que circulan a diario.

“La solución no es poner rejas que obstaculicen. Es imprescindible generar planes de emergencia claros y garantizar vías de escape libres de obstáculos”, señala el especialista en gestión de riesgos de Cuánto, Dante Hurtado.

En estas fiestas se incrementa el tránsito de personas.

En unos 15 accesos a Mesa Redonda se colocaron rejas, entre ellos los jirones Huallaga, Ucayali, Paruro, así como la avenida Abancay.