Aunque fracasó la toma del cuartel de la Brigada 41 de Blindados del Batallón Paramacay, de la ciudad de Valencia, en el centro-norte de Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro salió debilitado por la sublevación de un grupo encabezado por el capitán Juan Caguaripano, al confirmarse que sectores castrenses están descontentos con el régimen y que los rebeldes robaron armas.
Dos muertos, un herido y ocho detenidos dejó oficialmente el asalto de ayer por unos 20 hombres vestidos de militares que, con armas largas, acompañaron al capitán Juan Caguaripano, designado como “comandante de la operación David Carabobo”.
Caguaripano y los suyos se declararon “en rebeldía” contra “la tiranía asesina de Nicolás Maduro”. Tras advertir que no se trataba de un “golpe de Estado”, definieron su proceder como una “acción cívico militar para restablecer el orden constitucional” y “salvar al país de la destrucción total, para detener los asesinatos”.
“Como militares institucionales reconocemos y respetamos a la Asamblea Nacional (de mayoría opositora), pero exigimos que esta reconozca y respete la voluntad de un pueblo por librarse de la tiranía”, recalcó Caguaripano.
Aunque grupos de civiles se acercaron a la base militar para apoyar a los sublevados, el intento fracasó por el accionar a balazos de las tropas leales al chavismo que respondieron a los atacantes. “Dos fueron abatidos por el fuego leal a la patria, uno está herido. De estos diez atacantes que quedaron en las instalaciones del Paramacay, nueve son civiles y solo uno es un teniente desertor”, manifestó el presidente Nicolás Maduro. Fuentes diversas hablaron de más heridos.
El dirigente local del partido opositor Avanzada Progresista (AD) Ramón Rivas murió por herida de bala durante la concentración de apoyo a los insurrectos, confirmaron compañeros de filas. Nicolás Maduro indicó que el teniente capturado colabora “activamente (delata a sus cómplices), al igual que otros siete civiles”.
Detalló que el ataque ocurrió de madrugada, a las 3:50 hora local (2:50 del Perú), momento en el que se “dio la voz de alerta” y “en cuestión de minutos” los soldados de los batallones “reaccionaron de inmediato y respondieron con las armas”.
“Dentro del fuerte Paramacay entre las 5.00 y las 8.00 se desarrollaron combates internos con toda la metodología de seguridad de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, dijo.
En el grupo que huyó se encuentra otro teniente desertor que “es buscado activamente”, recalcó Maduro, al señalar que es protegido de los “terroristas” (como llama sus opositores).
ARMAS. Lo que no dijo el mandatario es que grupos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), la Policía Científica y otros cuerpos de seguridad ejecutaban un “barrido” o inspección minuciosa en las cercanías del fuerte para -hasta el cierre de esta edición- intentar capturar a otros insurgentes y localizar el armamento sustraído.
Quienes escaparon, incluido el capitán Caguaripano, se llevaron 93 fusiles AK-103 y cuatro lanzagranadas, lo que tiene en vilo al régimen chavista que busca oxígeno con la deslegitimada Asamblea Constituyente, que pretende legislar durante dos años.
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