La mala alimentación, es un problema latente que aqueja a miles de familias peruanas. Según la UNICEF, 38.4% de niños, niñas y adolescentes de 6 y 13 años sufren de obesidad, considerándose un problema muy alto.
El referido estudio muestra que, para el 2030, más de 1 millón de niños, niñas y adolescentes de 5 a 19 años vivirán con obesidad. Karen Quiroz, Directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Le Cordon Bleu, advierte a los padres tomar precauciones para que la salud de sus hijos no se vea debilitada.
“Si la obesidad no es tratada a tiempo, es muy probable que los niños se conviertan en adultos obesos y que esto ponga en riesgo su salud, debido a la aparición de enfermedades como diabetes tipo 2, asma, hipertensión, problemas para dormir, entre otros. A su vez, la obesidad cobra un impacto negativo en la economía del país, debido a que se incrementa el riesgo de enfermedades crónicas, gastos de salud y costos indirectos como consecuencia de la enfermedad”, comentó Quiroz.
Además, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), nuestro país ocupa el tercer lugar en obesidad en América Latina. En este sentido, la especialista destaca que algunas causas fundamentales implican factores maternos, una ingesta calórica inadecuada, baja actividad física y una mala hidratación.
Cuatro consejos para prevenir la obesidad infantil
La especialista brinda 4 consejos que pueden ayudar a prevenir la obesidad infantil.
Alimentación adecuada: Se debe lograr una dieta rica en frutas, agua, fuente proteica y como cereales, tubérculos o leguminosas, sin añadir sal, ni azúcar, ni aceite en exceso al preparar los alimentos. En este regreso a clases, las loncheras de los niños aportan del 10 al 15% de los requerimientos energéticos, por eso es importante preparar alimentos de manera balanceada.
Realizar actividad física: El ejercicio regular ayuda a quemar calorías, fortalece los músculos y promueve un metabolismo activo en los niños. Además, fomenta hábitos de vida saludables, reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad y mejora la salud mental y emocional de los niños, creando una base sólida para su bienestar a largo plazo.
Horas de sueño adecuadas: Dormir adecuadamente es crucial para prevenir la obesidad infantil, ya que influyen en las hormonas del apetito, controlan los antojos de alimentos y promueven un rendimiento cognitivo óptimo, contribuyendo a hábitos de vida saludables y a la prevención de la obesidad en los niños.
Acudir al nutricionista: Acudir a un especialista proporciona orientación especializada en hábitos alimentarios saludables, asegurando una dieta equilibrada y adecuada para el crecimiento. Además de ayudar a identificar posibles desafíos alimenticios y mediante estrategias personalizadas para mantener un peso saludable.