La criminalidad que domina en San Juan de Lurigancho (SJL) y no tiene cuando acabar provocó ayer un baño de sangre con cinco asesinatos, en tres casos diferentes, en menos de 24 horas. Uno de ellos fue un triple homicidio en que sicarios utilizaron armas de largo alcance y descargaron 20 tiros para ultimar a sus víctimas.
Agentes del Departamento de Investigación Criminal SJL-1 barajan las hipótesis de ajustes de cuentas y extorsiones como móviles de los homicidios que ocurrieron en diversos puntos de la zona de Huáscar.
A SANGRE FRÍA. El primer caso ocurrió a las 11:30 p.m. del martes en el pasaje 5 de la zona de Huáscar. Víctor Jesús Quispe Soto (22) corrió lo más veloz que pudo e intentó refugiarse en una casa para escapar de tres sicarios, pero lo alcanzaron y le dispararon siete tiros mortales.
Dos horas después, Manuel Jaime Alarcón Tuanama, vigilante de la empresa de transporte público Roma, fue muerto a tiros por presuntos sicarios cuando custodiaba vehículos.
Posteriormente, a la 1:00 p.m., en el paradero 3 de Huáscar, tres sicarios con armas largas atacaron a tiros y mataron a los amigos Luis Magno Aquino Velasco (39), Iván Céspedes Flores (49) y Sandro García Venancio (48), a quienes sorprendieron cuando salían de almorzar. Ellos vivían en los alrededores. El primero tenía antecedentes policiales por robo y tenencia ilegal de arma.