Desprotegidos y desesperados se encuentran los vecinos de Jicamarca, del distrito de San Antonio de Huarochirí, debido a que temen morir sepultados por las rocas que traerán consigo los probables huaicos que ocurran en el verano del próximo año producto de las lluvias asociadas al fenómeno de El Niño.
Su temor se fundamenta en la falta de obras de prevención para evitar que un nuevo río de lodo y piedras destruya sus casas. Diario OJO visitó las zonas del desastre y comprobó que estos pobladores están a merced de los deslizamientos.
“Necesitamos apoyo. Desde marzo hasta la fecha no se ha hecho ninguna obra de prevención. Van a producirse nuevos huaicos y si estos ocurren en la noche seguramente muchos moriremos”, indicó la vecina Lourdes Durán Cartagena a OJO.
”El huaico del 15 de marzo fue en la tarde, por eso nos salvamos, pero se llevó mi casa. Perdí todo. Yo hago artesanías de yeso, perdí todo mi capital, cerca de 100 mil soles. Mi esposo y yo estamos tratando de salir adelante por mis hijos”, contó.
PEDIDO
Irene Chávez, presidenta de las ollas comunes del Perú, vive en una de las zonas afectadas por los huaicos. Ella detalló a OJO los pedidos hechos a las autoridades. “Hemos pedido sacos y arena para poder encauzar los huaicos, así no se desparraman y arrasan con las casas”, explicó.
”Además, hemos pedido que quiten unas rejas colocadas a la entrada de la Asociación Villa La Paz. En marzo estaban cerradas, eso hizo que el agua y las rocas se acumulen en el lugar y se desborden por los costados en donde estaban las casas. Todas quedaron destruidas”, señaló.
Raúl Albina, esposo de Lourdes Durán, manifestó que tanto su familia como otras que fueron afectadas por los huaicos viven en carpas donadas por el Indeci y casas prefabricadas.
“Estamos viviendo en una carpa cercana. No podemos vivir en el mismo lugar porque al fondo de la quebrada hay tierra y rocas amontonadas. Si llueve fuerte todo eso se nos viene encima. Necesitamos el real apoyo del alcalde distrital, Nick Aponte, de la gobernadora regional, Rosa Vásquez, y del Ministerio de Vivienda”, exclamó.
LA POSTA CERRADA
El centro de salud “El valle”, ubicado en Jicamarca, en San Antonio de Huarochirí, no ha vuelto a funcionar luego de haberse inundado por los huaicos que ocurrieron en marzo de este año.
La obra del Gobierno Regional de Lima, que tiene apenas dos años de inaugurada y cuya construcción y equipamiento demandó más de 11 millones de soles, luce actualmente sucia y abandonada.
”La posta no fue bien construida, su piso debió ser más elevado. Por eso el lodo entró. No sabemos por qué no funciona hasta la fecha”, señaló Rochi Rodríguez, dirigente del sector Los Jardines.
Días después del huaico, la entonces ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, visitó las instalaciones y se comprometió a gestionar la operatividad de la posta en 30 días. Siete meses después sigue cerrada.