En diferentes barrios de Lima Metropolitana, los vecinos se están uniendo para luchar contra la pandemia a través de la conformación de comités comunitarios anti COVID-19, encargados de difundir las medidas de bioseguridad y detectar casos sospechosos para que reciban una atención oportuna. Se trata de una estrategia que prioriza la participación de la comunidad, la cual ha sido dejada de lado en los últimos años, y que viene siendo desarrollada por la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) de las distintas zonas de la capital a fin de hacerle frente a la pandemia.
En Lima Este, los representantes de las organizaciones vecinales o líderes de comunidades han constituido 90 de estos grupos, que operan en seis distritos, principalmente en Ate (60) y Lurigancho Chosica (25), donde hay mayor población, señaló el doctor Juan Vargas, de la Diris Lima Este. “Los comités trabajan articuladamente con el establecimiento de salud. Su función prioritaria es la promoción de las medidas que ayudan a evitar el contagio a sus pares como son el lavado de manos, el uso correcto de la mascarilla y el protector facial, y la prohibición de aglomeraciones y reuniones sociales”, explicó a OJO.
La segunda parte de apoyo de estos comités, que aplicarán esta semana, consiste en referir a los vecinos que puedan ser sospechosos de portar el virus. “Harán una vigilancia de sintomáticos respiratorios y, para ello, recibirán capacitación a cargo del establecimiento de salud y el Gobierno local. Además, recibirán insumos, como es la protección personal, para que puedan llevar acabo esta labor (…) La base de una correcta atención primaria es la promoción y prevención frente a diversas enfermedades y allí nos ayuda muchísimo la comunidad organizada”, refirió.
En Lima Centro, un total de 97 comités comunitarios anti COVID-19, integrados por vecinos voluntarios, vienen contribuyendo en la detección temprana de la presencia de coronavirus en la comunidad, dijo a OJO el doctor Alfredo Centurión, jefe de la Diris de ese sector. “Ellos son un primer frente para identificar de manera oportuna a quienes podrían desarrollar la enfermedad a fin de que se comuniquen con brigadas de atención clínica y estas vayan a verificar si tienen el virus”, sostuvo.
Centurión detalló que, para que cumplan su labor, se les da un taller de inducción y se les dota de insumos como el pulsioxímetro. “Ante una alerta, ellos podrán tomar la oximetría de tal manera que si la persona tiene una oxigenación que está decreciendo alerten al establecimiento de salud y equipos de respuesta rápida. Además, son nuestros voceros de signos de alarma y medidas en sus comunidades para fortalecer la vigilancia epidemiológica porque todavía estamos en riesgo”, manifestó.
Importancia de la participación comunitaria
Para ambos galenos la participación de la comunidad es vital para dar una atención oportuna en el primer nivel de atención. Sin embargo, Vargas consideró que en los últimos años fue dejada de lado y frente a la pandemia de COVID-19 ha demorado en ser retomada. “La vigilancia comunitaria funcionó cuando hubo la epidemia del cólera. En esa época, se establecieron las UROS comunales, que eran unidades donde se asistía a personas que tenían este mal, y generalmente se ubicaban en las casas de los integrantes de los comités. Pasó el tiempo y estos comités se direccionaron a trabajar en salud materna y anemia, pero hubo un silencio durante mucho tiempo. Fue una estrategia que no se continuó por parte de los gobiernos locales. Actualmente se está retomando esta iniciativa y se espera que permanezca en el tiempo”, contó.
Por su parte Centurión sostuvo que estos frentes vecinales ayudarán a la contención de casos, más aún si hay una segunda ola de contagios. “Estos equipos van a ser nuestra primera alerta, que nos va a decir aquí hay sospecha de que el virus quiere volver a tener actividad y, por lo tanto, tenemos que actuar rápidamente y, obviamente, mitigar la enfermedad en las personas vulnerables. Van a ayudarnos a la contención de manera articulada”, acotó.
El presidente del Comité de Vigilancia Ética y Deontológica del Colegio Médico del Perú (CMP), Alfredo Celis, opinó que durante el inicio de la emergencia sanitaria se ha abandonado el aporte que pueden brindar las organizaciones vecinales, por lo cual ha sido difícil atender el primer nivel de atención. Sin embargo, señaló que aún el Gobierno está a tiempo de darle la importancia debida a la comunidad, más aún si llega a presentarse una segunda ola de casos.