A pesar de vivir con su hija, una adulta mayor puneña tenía su salud deteriorada debido a que sufría violencia económica; es decir, le negaban dinero para solventar necesidades básicas, como el acceso a los servicios de salud.
Presentaba desnutrición y laceraciones en el cuerpo, pero gracias a la intervención de un equipo del Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65, en el que es beneficiaria, su situación de vida cambió.
Su caso fue registrado en el aplicativo móvil “Ayza”, que esta semana cambió de nombre a “Tayta”, donde se consignan presuntos casos de violencia entre los pensionarios, y pudo recibir atención legal, psicológica y de salud, en un Centro de Emergencia Mujer (CEM).
La historia de esta mujer de la tercera edad no es un hecho aislado, es una historia que, en el país, se repite en este grupo etario, mayor de 60 años, y sobre todo en la población femenina.
MODALIDAD. Además de ser vulnerables a la violencia física, psicológica y sexual, los adultos mayores, en especial mujeres, están más expuestos a ser víctimas de violencia económica y a sufrir abandono.
Esto último, lo define la adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo, Eugenia Fernan Zegarra, como “la forma más cruenta de violencia contra el ser humano”.
“Con el abandono, prácticamente estás anulando el ejercicio de sus derechos a un adulto mayor”, señaló.
Según los CEM, de enero a octubre de este año, 131 personas mayores de 60 años fueron reportadas como víctimas de abandono, lo que representa el 30.2 %, generándoles daños físicos y/o psicológico.
Además, de los 578 casos de violencia económica atendidos, 131 fueron contra ancianos, siendo el grupo etario más afectado por esta modalidad.
Para Fernan Zegarra, en general, la cifra de adultos mayores que han padecido algún tipo de violencia son alarmantes, pero “hay un dato tremendo, de todos los casos, el 75.1% se produce en una relación familiar”, lo que es evidente en aquella agresión de tipo económica y en el abandono.
REALIDAD. La jefa de la Unidad de Proyectos e Intervenciones de Pensión 65, Rosa María Pretell Aguilar, señaló que desde 2019, en que se aplicó el protocolo de detección, derivación y seguimiento de usuarios del programa en situación de violencia, a la fecha, han reportado 251 casos.
Las formas más recurrentes son el maltrato psicológico y económico, pero también hay abandono.
“Hay casos en que el tipo de violencia es el abandono. Los hijos los abandonan y ellos se quedan solos, sin ningún tipo de compañía o mantenimiento por parte de familiares. Y también hay el tipo de violencia económica, donde por ejemplo, si bien viven dentro del hogar, ellos no reciben ningún tipo de ayuda, a parte de lo que reciben en Pensión 65″, comentó.
Otro dato que refleja la problemática que enfrentan es que el 30 % de los más de 628 mil afiliados al programa viven en hogares unipersonales, es decir, viven solos.
Ante esta realidad, esta población, que se encuentra en pobreza extrema, genera emprendimientos de subsistencia. “En lo que va del año, tenemos a más de 23 mil adultos mayores que los tienen, por ejemplo, de artesanía, bordados, cocina tradicional”, refirió.
Al igual de lo que ocurre a nivel nacional, Pretell Aguilar refirió que las principales víctimas de violencia son mujeres. Así, en lo que va del año, de cinco casos que han detectado, cuatro son adultas mayores.
“(Esto resulta) del machismo y varios estereotipos se afianzan cuando se llega a esta etapa de la vida”, anotó.