En una esquina del cuadrilátero, mientras Kairi Sane sometía a Alexa Bliss, Asuka levantaba las manos para recibir las arengas del público; nadie respondió en el WWE Performance Center de Orlando, Florida. Wrestlemania 36, el evento más importante de lucha libre de entretenimiento en el mundo, se realizó sin público y en medio de una pandemia que ya dejó 37,727 muertos en Estados Unidos.
Vince McMahon, máximo líder de la WWE, recibió un salvavidas del Presidente y miembro del Hall of Fame -también amigo personal- del país norteamericano, Donald Trump, para que las actividades de la organización sean consideras “necesarias para la comunidad”. Fueron 18 combates los que se realizaron entre el 4 y 5 de abril, pero los ingresos no fueron los esperados.
“El tema del COVID-19 lo está atacando mucho (a McMahon). Wrestlemania era su mina de oro porque, con este evento la empresa recupera dinero utilizado en varios proyectos. Ahora, no hubo ingresos ni de merchandising, televisión o entradas”, señala el periodista Carlos Marroquín.
El impacto de Wrestlemania también se ve a través de programas como RAW, Smackdown y NXT, que se realizan días después. Pese a que los formatos seguirán emitiéndose, otras competiciones de la empresa, como “Money in the bank”, no se llevarán a cabo. Aun así, el impacto del virus también afecta el desarrollo narrativo de la empresa. “La continuidad de las historias se ve muy tocada. Por ejemplo, Roman Reigns no va a aparecer en más de un mes. Brock Lesnar tampoco aparecerá por decisión propia hasta que pase el tema del coronavirus”, explica Marroquín.
El máximo evento de la WWE movilizó a 52 superestrellas de la lucha libre (24 el primer día y 28 el siguiente). Diez días después del evento, el mismo número de personas -entre talentos, productores, creativos, prensa y entrenadores- fueron despedidos.
CAMPEONATOS QUE NO SE CELEBRAN
Drake Maverick compartió un mensaje en sus redes sociales. La noticia lo tomó por sorpresa, sus lágrimas no. Alejarse de la empresa en estos momentos significa un golpe a su carrera, porque a pesar de que una cláusula en su contrato le prohíbe ingresar a otra firma de lucha libre por un tiempo determinado; aún si esta medida no existiera, no podría volver a luchar en varios meses. El COVID-19 afectó a varias de estas empresas, que se encuentran suspendidas hasta que la pandemia pueda ser controlada.
Luke Gallows y Karl Anderson, quienes fueran Campeones de Pareja de la WWE, tampoco estarán en el roster de la empresa por un buen tiempo. AJ Styles, parte del main event de Wrestlemania 36, recibió su ayuda para luchar contra el Undertaker. El primero perdió la lucha, pero fue lo que menos le importó. También se pronunció sobre este hecho en redes sociales, porque se despedía de dos camaradas con los que compartió luchas en otros circuitos.
“Uno vive de los bookings, de los contratos. Me he encontrado con Matt Hardy en otros países. Viene una firma de autógrafos, viajes por el continente, es un sustento”, comenta Otto “Caoz” Vidal, exluchador peruano.
En los días que duró Wrestlemania 36 hubo mucho profesionalismo. Kevin Owens y Seth Rollins supieron manejar la situación de un escenario desmotivante, porque al final de todo, es el público el único termómetro de saber si las maniobras sobre el escenario son bien ejecutadas.
“Imagínate llegar a Wrestlemania y tener tu primera lucha por el campeonato. Son años de haber pasado obstáculos, experiencias chocantes; esta es la coronación de tu carrera. Entonces, miras alrededor y no hay nadie; tampoco sube tu familia a abrazarte. No hay celebración”, asiente “Caoz”.
TIEMPO DE RENOVACIÓN
“Es un panorama bien desolador para los luchadores, pero también una oportunidad de reinventarse. A muchos de ellos, la historia en la que se encontraban envueltos no les hacía justicia por su estilo de lucha”, comenta Franco Rodríguez, voz de la banda Descompresión. La salida de Rusev de la WWE -y que ya no pertenecía al roster principal-, le da oportunidades de buscar otros espacios que sí valoren su trabajo. “El biotipo no es el que busca Vince”, añade Marroquín.
A la salida de los luchadores también se suma el final de la NXT. Muchos de los integrantes de esta firma tenían como destinos los circuitos independientes, pero esto no se podrá dar. “Si bien esto es un negocio, ¿dónde queda el lado humano? Existe desilusión, la moral cae por los suelos. Esto es también por la arrogancia de Vince McMahon, quien ya debería dar un paso al costado”, resalta el músico.
Estas personas que salen de la empresa, con este panorama mundial, es probable que no consigan trabajo en año y medio. Los eventos públicos se encuentran suspendidos. “Este es un momento en el que muchos fanáticos deben apoyar a los luchadores. Quizá a través del merchandising o estando atento a sus redes sociales. Los fanáticos tienen el poder”, sentencia Rodríguez.