Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Adolfo, de 36 años, quien vive en el distrito de Carabayllo:

Doctora Moro, le escribo porque mi esposa, Ana, está muy molesta últimamente debido a la cantante Marisol. Ella siempre fue su artista favorita; le encantaba bailar y cantar sus canciones que empoderaban a las mujeres. Sin embargo, tras descubrir los chats entre Marisol y Christian Cueva, Ana se siente profundamente decepcionada. Cada vez que llego del trabajo, de lo único que habla es del tema. Por su culpa, estoy bien informado de todo ese escándalo.

“¿Puedes creer que en los chats, Cueva llamaba a Marisol ‘Sol’ y le enviaba mensajes como ‘Te quiero, extrañé escucharte’. Incluso, le dedicaba fragmentos de canciones, como ‘Te tengo presente, de sol a sol, estás en mi mente y en mi corazón’”, me cuenta mi mujer con rabia.

Lo que más le molesta es que Marisol se diera de la abanderada de las mujeres engañadas, sin embargo, tenía conversaciones comprometedoras con un hombre casado. Ana cuestiona la integridad de su ídola. Entiendo su decepción, pero no puedo lidiar con su mal humor constante. Además, tampoco me parece que deba involucrarse tanto en un problema tan ajeno.

Ahora, me atormenta con que, cuidadito, esté conversando con otras mujeres. “Ahora ya no se puede confiar en nadie. Advertido estás”, me amenaza. También me ha prohibido escuchar los temas de la Faraona. A mí me gusta relajarme con sus canciones los fines de semana mientras tomo mi cerveza, pero ahora hasta eso me prohíbe mi mujer. ¿Cómo manejo esta situación?

CONSEJO

Querido Adolfo, comprendo tu frustración ante la situación con Ana. Es esencial abordar este tema con empatía y comunicación abierta. Invita a Ana a expresar sus sentimientos y valida su decepción, reconociendo su derecho a sentirse así. Sin embargo, establece límites claros sobre cómo este malestar afecta la convivencia. Si la situación persiste, considerar la orientación de un profesional.