Acobamba:tierra de misterios

A tres horas de Huancayo, y dos de la capital de Huancavelica, está la provincia de Acobamba, la cual tiene atractivos turísticos que todo peruano debe de conocer.

Entre ellos está la fiesta de la Navidad, las ventanillas de Allpas, los Baños del Inca, las pinturas rupestres de Quillamachay, que también tienen extraños petroglifos.

QUILLAMACHAY. A diez minutos de Acobamba se ubica el centro arqueológico de Quillamachay, donde el turista puede apreciar decenas de pinturas rupestres.

Federico Salas Guevara, autor del libro “Historia de Huancavelica”, manifiesta que en dicho recinto se evidencia que practicaban la caza de camélidos sudamericanos desde hace más de 10 mil años antes de Cristo.

Se trata de figuras evidentemente humanas y de camélidos sudamericanos, los primeros tienen lanzas en la mano, listas y prestas para cazar.

Además de la pintura, se encuentran extraños petroglifos, los cuales tienen forma cuadrada.

ALLPAS. A decir de Yoli Vargas, responsable de desarrollo turístico y cultura de la Municipalidad Provincial de Acobamba, las ventanillas de Allpas son las más importantes y grandes que pueda haber en el Perú, inclusive “pueden ser más antiguas y hay en mayor cantidad que las existentes en Otusco (Cajamarca), aquí hay 572 ventanillas”, afirma.

A quince minutos de viaje en camioneta, desde Acobamba, está el centro poblado de Allpas, donde se ubica el referido centro arqueológico. Lugareños explican a los turistas que dicha zona sirvió a la cultura Warpa como un centro ceremonial y de entierro.

EL APU DE LA ZONA. Para los antiguos moradores de Allpas, este cerro era un lugar importante de culto, considerado un Apu de la zona.

Desde la carretera son otros 10 minutos caminando, donde se puede apreciar los restos de una exhacienda importante en la época de la colonia.

Vargas lamenta que hasta la fecha no haya estudios que refuercen los conocimientos de la cultura que los albergó, hecho que se dificulta por la cantidad de huaqueros que profanaron las tumbas, llevándose fardos que ahora nadie conoce.

Para aumentar el misterio, hay algunas ventanillas que pueden adoptar formas caprichosas, como la de un cráneo.