Luego de un mes del incendio que destruyó más de 400 viviendas en la comunidad shipibo conibo de Cantagallo, las familias afectadas han retornado al lugar del siniestro, ocupando el terreno que alguna vez cobijo su hogar.
A pesar de que la Municipalidad de Lima sostiene reuniones con dirigentes shipibos para lograr una solución a sus problemas, que implica la reubicación, los pobladores afirman que sólo se moverán del lugar con un documento firmado que certifique su reubicación.
Las construcciones que se ven en Cantagallo son variadas. Hay instaladas casas prefabricadas de madera como chozas construidas con palos, triples, gigantografías, bolsas y todo aquello que pueda servir para edificar sus casas.
Hasta el momento, el lugar cuenta con luz y agua, aunque éste último aún no está instalada en todos los hogares, por lo que tienen que juntar en baldes en un punto de acopio. Asimismo, siguen llegando las donaciones aunque en menor medida, mientras los módulos de salud así como de las municipalidades ya no están en el lugar.
En Martinete, Barrios Altos, las familias han ido abandonando paulatinamente las carpas instaladas por la Municipalidad de Lima. En la actualidad de las 200 carpas que habían en un inicio solo quedan 59, es decir una para cada familia que aún habita el lugar.
Fuentes de la Gerencia de Participación Ciudadana de la comuna limeña, afirmaron que permanecerán en el lugar hasta que se encuentre una solución al problema.
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