Damnificados  viven su propio  vía crucis
Damnificados viven su propio vía crucis

Un mes ha transcurrido desde que los vecinos de Santa María Baja, en Lurigancho-Chosica, viven en carpas instaladas en las obras de la Nueva Autopista Central porque sus casas fueron afectadas por huaicos y el desborde del río Rímac.

Debido a que están rodeados de polvo y carecen de servicios básicos, como el agua, viven un vía crucis por las enfermedades que atacan a niños, jóvenes y adultos mayores.

Christian Vargas, médico del Hospital de la Solidaridad de San Martín de Porres, informó que han realizado casi 3 mil atenciones, es decir, unas 80 al día, en el consultorio móvil ubicado en esta zona.

“El principal problema que tienen son los males respiratorios, que afectan, sobre todo, a niños y ancianos”, detalló.

Las enfermedades dérmicas y gastrointestinales también afectan a la población damnificada.

Incertidumbre. Por las complicaciones que tienen para realizar sus actividades diarias, los inquilinos de casas que fueron afectadas por los desastres han decidido dejar las carpas, entre esta y la próxima semana, e irse a vivir a otros distritos.

“Durante este mes, he estado ahorrando el dinero que gano lavando ropa para alquilar un espacio en otro sitio porque acá da miedo”, contó la vecina Rosa Malvis.

Quienes son propietarios exhortaron a las autoridades a que les envíen máquinas para realizar la limpieza y fumigación de sus viviendas con el fin de que puedan volver.

En Carapongo, las personas que perdieron todo pidieron al Gobierno que les explique los beneficios de vivienda a los que pueden acceder. 

En Carapongo, las personas que perdieron todo pidieron al Gobierno que les explique los beneficios de vivienda a los que pueden acceder.