Milagro de la medicina. La pequeña Cielo Abigail de apenas tres años volvió a vivir gracias al higado y al inmenso amor de su madre, a quien no le importó correr el riesgo de donar parte de su órgano para salvar a su hija, quien se encontraba en la fase terminal de una enfermedad.
La historia que tuvo un final feliz se inició hace tres años en Bagua. La niña que esperaba Erika Chávez Polo, de 25 años, nació con cirrosis hepática por atresia de vías biliares, afección que destruye estos conductos y no permite el paso de la bilis. Es como si una ciudad no tuviera redes de desagüe.
La tristeza y el dolor que acompañaron a Erika durante estos años han quedado en el olvido, al ver ahora a su hija rebozante de salud, alegre y llena de felicidad. A pesar de ser una madre soltera y de escasos recursos económicos, ella nunca perdió las esperanzas de ver a su nena totalmente recuperada.
Es un milagro lo que ha ocurrido. Yo me hubiera muerto si algo malo le ocurría a mi hija, dar la vida a un ser humano es como desdoblarse en dos. Yo amo a mi niña y voy a cuidarla como una leona, subraya emocionada.
Dijo que ver luchar a su hija por su vida, pese a las pocas esperanzas que le dieron, fue el impulso que necesitaba para llegar hasta el final.
Dios me puso a un ángel, al doctor José Chaman, quien gracias a su conocimiento, experiencia y cariño nos salvo la vida a las dos, señala Erika conmovida.
EN LIMA
Madre e hija tuvieron que dejar Bagua, pues la bebé debía recibir el tratamiento adecuado, para luego ver la posibilidad del trasplante.
El día más esperado para las dos llegó el pasado 6 de setiembre. Tras una larga operación de 15 horas, un grupo de médicos del Servicio de Trasplante de Hígado del hospital Almenara, dirigido por el doctor José Chaman, extrajo dos segmentos de hígado de Erika para trasplantárselo a Cielo Abigail, cuya vida pendía de un hilo, pues su hígado ya estaba destrozado e inservible.
Este procedimiento se denomina trasplante de hígado intervivo y posibilita que el hígado cortado de la madre y la porción de hígado insertado en la hija se regeneren y vuelvan a formar como un hígado completo, permitiendo que ambas gocen de una buena salud.
Este conmovedor caso fue presentado en el marco de la Semana del donante de órganos y tejidos de EsSalud, como una demostración de que la donación es un acto de amor y desprendimiento. Asimismo, busca sensibilizar a la población sobre la importancia de la cultura de donación.
El doctor José Chaman informó que desde el año 2000 a la fecha unas 56 personas han sido sometidas a trasplante de hígado, pero observó que muchas veces la incompatibilidad y algunos problemas en la salud de los familiares donantes alejan la posibilidad de un trasplante solidario.
Detalló además que del 100% de trasplantados, un 20% son niños y de ese total el 50% reciben órganos de donantes vivos. En el caso de adultos, la mayoría han sido trasplantados gracias a la solidaridad de pacientes con muerte cerebral.