¡Qué tal! Hasta hoy, Pedro Castillo y su partido Perú Libre le están sacando el cuerpo a los cuatro debates con Keiko Fujimori y Fuerza Popular que ha planteado el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
El ente electoral propuso dos careos entre los candidatos presidenciales, un face to face de los aspirantes a vicepresidentes (sí, no deben estar pintados), y otro choque importantísimo que incluye a los equipos técnicos para saber el qué y el cómo de las propuestas de sus líderes. Ha trascendido que el profesor chotano contabiliza, suma, la confrontación realizada en su tierra, Chota, el último sábado, y solo acepta un debate más.
Todo autoritario. Y que le ha puesto la cruz a un choque entre postulantes a vicepresidentes, pero sobre todo a la presentación de su cuadro de especialistas, del cual no hay una sola cabeza visible.
Recuerden que el lápiz apenas pudo inscribir a Dina Boluarte como candidata a la primera vicepresidencia porque el angelito Vladimir Cerrón no pasó el colador por sus anticuchos, que ya conocemos. Por su parte, Luis Galarreta y Patricia Juárez secundan a la mandamás naranja. Esto, me refiero a desobedecer al JNE, se presta a suspicacias y da para la sospecha. ¿De qué? De que él es la única voz cantante y que tiene miedo de que su cuadro, que en verdad es una verdadera incógnita, termine por desinflarlo.
Recordemos, además, que su mentor -Vladimir Cerrón- de lamentable gestión regional en Junín, se autoproclamó jefe del plan de gobierno y ahora, condenado por corrupción, no puede salir de la sombra. Lo políticamente correcto sería que Pedro Castillo acepte los debates sobre la mesa porque el país está como está por elegir a presidentes revisando cualquier cosa, menos los planes de Gobierno.
Equivocarnos otra vez resultaría una tragedia sobre tragedia, teniendo en cuenta la pandemia que vivimos. Castillo tiene que refrendar sobre la tarima esa ventaja de 9 puntos que, según Ipsos, le lleva a Fujimori, aunque falta saber la lectura de la población pos debate en Chota. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.