Viajar en Metro o Metropolitano se ha convertido en un mal necesario. Si bien las horas de viaje se reducen notablemente en comparación con los buses de transporte público, el problema está en abordar el servicio.
En hora punta, un usuario de ambos transportes “rápidos” tarda hasta 50 minutos en subir a un bus o vagón. Si sumamos el tiempo de espera con el del traslado, el viaje no resulta tan veloz. Pero, hasta ahora, es la mejor opción para viajar en esta ciudad.
En una Lima cuya población aumenta rápidamente, se requieren medidas rápidas para revertir esta situación. Basta de ver el tiempo pasar en una cola.
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