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La noticia no podía ser más vergonzosa este fin de año al “descubrirse” que en el mismo edificio, en la Avenida España, donde funciona la Dirección de Investigación Criminal(DIRINCRI) corría la coima como agua. Allí donde se supone está la flor y nata de la policía. Es una pena tener que comentar que los cuadros policiales se presten para el juego de la corrupción, las mafias y organizaciones criminales. Por lo que se ve, es muy fácil “romper la mano” a un policía para que el atestado se haga a favor de quien paga más o tiene más dinero para evadir a la justicia. Si esto sucede con todo desparpajo en la oficina principal de la DIRINCRI, ya nos imaginamos lo que ocurre en las direcciones regionales o de provincias más alejadas de Lima. Por eso es que no es de extrañar cuando los vecinos de pueblos más pequeños no dudan en señalar que algunos policías son los servidores más corruptos

La verdad es que mucho de la corrupción que reina en nuestro país es culpa de la policía y el poder judicial. La clave está en el atestado que elabora la policía para que el fiscal y juez decidan la suerte de los delincuentes más avezados y menos peligrosos. Pero en muchos casos estos sujetos pagan para que los informes sean favorables a ellos, para lo cual se prestan autoridades policiales y judiciales, salvo algunas excepciones.

Parece que esta mafia que viene sucediendo hace muchos años y todo el mundo lo sabe, es muy difícil de combatirla. ¿Por qué?, porque son las mismas autoridades los que se hacen de la vista gorda. Y el ejemplo está a la vista. Las redes criminales comandadas por César Álvarez, Rodolfo Orellana, Alberto Torres, Gerardo Viñas, entre otros, se apoderaron de millones de soles con la complacencia de congresistas, notarios, generales, jueces, fiscales y allegados al palacio de gobierno como Martín Belaunde Lossio, personaje que hasta ahora está como no habido porque tiene la protección de grandes y poderosos. Y todas estas mafias crecen amparadas por las coimas y los miles que reparten para amasar fortunas a costas de la plata del pueblo.

Demás está decir se requiere una urgente reforma estatal para moralizar y modernizar la administración pública. Hay mucha burocracia y mucho papeleo que se prestan para sacarle la vuelta a las leyes, empezando por los congresistas y la misma casa de gobierno donde hay cuentas no muy claras. Peor aún ha sido la gestión de la alcaldesa Susana Villarán, quien está dejando sin plata la Municipalidad de Lima por una pésima gestión financiera que le traerá muchos dolores de cabeza.

Es hora de que el futuro gobierno tenga un plan que represente el verdadero cambio y no el cambio mentiroso que prometió Ollanta Humala. Urgente se necesita combatir con todo a la corrupción y la coima que vienen causando daños irreparables en todas las regiones. Un cáncer que se ha generalizado en todo el país. Miles de millones de soles se pierden al año por culpa de los corruptos y de las "coimisiones" que van a parar a las cuentas de delincuentes como Vladimiro Montesinos, Rodolfo Orellana, Alberto Torres o lobistas como el prófugo Martín Belaunde.