Esta pregunta es muy importante, más aún si tomamos conciencia del efecto del pescado graso en nuestra salud. Recordemos que, a diferencia del pescado de carne blanca, el pescado graso es aquel que fácilmente se observa una parte oscura en la pulpa, como en el salmón, bonito, atún, sardina, etc.
Estas especies son fuente de Omega 3. Esta grasa, en comparación de las presentes, por ejemplo, en la chía o la linaza es constituyente de las membranas celulares de las células nerviosas y son, junto a otros nutrientes como la vitamina A, los que permiten la visión y mantienen saludable la piel.
Tenemos un requerimiento de este tipo de grasa y para poder cubrirlo necesitamos consumir pescado graso, al menos, 3 veces por semana. De no tener lo suficiente, el cuerpo no tiene cómo abastecerse y utiliza otras grasas de menor calidad. En el caso de los niños pequeños, gestantes, lactantes y adulto mayores, este menor abastecimiento afecta por un lado al desarrollo y, a su vez, en el caso de las personas de la tercera ayuda a mantener en mejor condición su capacidad de memoria.
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