Sobrino, para este nuevo año pedí algunos deseos para nuestro país. Primero, que haya más chamba de calidad. Seguro tú también conoces a gente que está subempleada, o sea, que gana poquito o trabaja menos de lo que necesita. Si eliminamos trabas y dejamos de espantar inversiones, más peruanos podrán tener empleos dignos y estables.

Segundo, que menos gente pase hambre. Todavía hay millones de familias que no pueden acceder a alimentos de calidad. Por suerte, los precios ya no suben tan rápido como antes, pero aún falta mucho. Controlar la inflación y apoyar mejor a los agricultores es clave para garantizar comida en nuestras mesas. Y tercero, que este año las calles sean más seguras. Ya es hora de que podamos caminar tranquilos y que los emprendedores puedan trabajar sin miedo.

No son deseos sencillos, sobrino. Necesitamos mayor compromiso con la seguridad para trabajar tranquilos, y más inversión para generar empleos que mejoren los bolsillos de las familias. Así, poco a poco, reduciremos la pobreza y construiremos un Perú más próspero. ¡Vamos con fe!

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