La Policía Nacional trabaja con una logística precaria, como por ejemplo los patrulleros que se encuentran en un estado lamentable; sin embargo, se las ingenia para cumplir su rol de institución tutelar del país que tiene por misión “garantizar, mantener y restablecer el orden interno, prestar protección y ayuda a las personas y a la comunidad”. Todo esto lo ha refrendado con creces durante estos días de convulsión social, tanto en Lima como en provincias, aunque ello haya implicado que más de 500 custodios resultaran heridos, algunos de gravedad y trasladados a centros de sanidad especializados. Los agentes se enfrentaron a una lluvia de palazos, huaracazos, adoquinazos y piedrazos a manos de manifestantes y de otros compatriotas que se han dejado llevar a la capital como borregos por parte de personajes violentistas y discípulos de la anarquía. El comandante general de la PNP, Raúl Alfaro, asegura que las cámaras los tienen ponchados a todos los vándalos. Que se imponga la justicia y la ley.