El Colegio Médico del Perú (CMP) debería ser el primer interesado en impedir el ejercicio profesional de miembros de su orden con antecedentes de haber incurrido en malas prácticas que han causado muertes o lesiones en pacientes. Al menos debería preocuparse de que mientras duren las investigaciones, la ciudadanía pueda enterarse el historial profesional del galeno cuestionado, para que en uso de su libertad una persona decida si se atiende o no en ese profesional aún no sancionado. En el caso del cirujano plástico acusado de una negligencia que causó la muerte de una cantante folclórica, el hombre tenía un rosario de malos antecedentes. Sin embargo, seguía trabajando como si nada pasara. Deberían tener en cuenta que la mala práctica de un médico puede ocasionar la muerte de un ser humano, por lo que el gremio que los agrupa debería preocuparse por advertir sobre los elementos dudosos que haya en la orden. No se trata de afectar a ningún médico, sino de evitar la muerte de gente que entra a un consultorio, ve un diploma colgado en la pared y cree que está en buenas manos.