Al anunciar que desde este 20 de abril los peruanos deberán contar con visa para ingresar y movilizarse por México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador aprobó una medida que tomó por sorpresa al Perú, que a su vez dispuso que la misma obligación tengan los mexicanos que entren a nuestro territorio. Al aludir el principio de reciprocidad, que marca a las relaciones internacionales entre países, Perú dispuso idénticas excepciones de requerimiento de visa, como por ejemplo para quienes la tengan de Estados Unidos y la Unión Europea. Aunque ambos países han adoptado medidas dentro de sus atribuciones, bien harían en negociar el restablecimiento del libre tránsito, al ser miembros de la Alianza del Pacífico y existir una relación de años entre las dos naciones. Con la exigencia del visado, los perjudicados son los peruanos y los mexicanos que hacen turismo o visitan a familiares, y se resienten el desarrollo y la deseable integración económica y social.