Cuando juega la selección de fútbol, todos nos creemos técnicos. El desempeño de la Bicolor ante Colombia por la fecha 7 de las eliminatorias dejó un sabor de boca agridulce, porque por un lado vimos a un equipo más posicionado en la cancha, con mejor idea de juego y esa garra que hace mucho no se lucía en el verde; pero, por otro lado, aún hay sequía de goles y eso siempre traerá abajo cualquier buen desempeño. El empate 1-1 con los cafeteros no es un mal resultado, pero tiene que llevar a la reflexión que aún faltan afinar algunas áreas. Si antes sufríamos en la defensa, hoy podemos afirmar que es la mejor zona de la Blanquirroja. Zambrano, Callens y Araujo fueron un muro difícil de trepar para el rival. Por ahora nuestro déficit está en la delantera. Aunque Lapadula estuvo más fino que en partidos anteriores (pues llegó a anotar, aunque luego el tanto fue anulado), continúa con su sequía de goles vistiendo la bicolor. Valera estuvo activo todo el partido y esta dupla puede despertar ilusiones. Queda seguir mejorando.