Si en Lima la preocupación es grande porque habrá corte del servicio de agua potable por un par de días en 22 distritos, en muchas zonas del país el sufrimiento es grave por la sequía que echa a perder sembríos y enferma a los animales.

Y quién reclama por esta población que debe esperar, como un milagro, que vuelvan las lluvias para que crezcan los pastos y los manantiales y que las lagunas se carguen de agua. Mientras no llueva, esta gente debe cargar agua en bidones a sus chacras o llevar su ganado hasta un río o laguna lejanos, y así al día siguiente y subsiguiente.

Este es un problema recurrente en muchas partes del país, donde los alcaldes solo se preocupan en sembrar cemento haciendo plazas y parques y no solucionando las principales necesidades de su comunidad. Dotar de bebederos a las zonas de cultivos y ganadería, con tuberías y pozos, debe ser prioridad para todo alcalde. ¡Que así sea!

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