El deporte nacional está abandonado a su suerte y -para muestra un botón- ponen en el IPD a cualquier aprendiz (léase “Coyote” Rivera); sin embargo, la huancaína Kimberly García nos acaba de demostrar con su segunda medalla de oro en el Mundial de Atletismo, en Oregon, que la fuerza del corazón y el amor por el país también son caminos hacia la gloria. Ayer, mientras la atleta peruana corría para llevar al Perú al podio, Yenifer Paredes, la cuñada del presidente Pedro Castillo, respondía altanera ante la Comisión de Fiscalización del Congreso sobre sus negociados y adjudicación de obras a su amigo Hugo Espino. Las dos caras de la moneda: unos juegan para nuestro país y otros ven a nuestra patria como un botín y corren tras las arcas del Estado. No olvidemos que Lima fue sede de los Juegos Panamericanos en 2019 y hay infraestructura instalada para el desarrollo multideportivo. Solo falta un estratega en Palacio de Gobierno, no un maestro que solo sabe correrse de los periodistas.