A medida que se aproximan las fiestas de Navidad y fin año, el tráfico vehicular se vuelve un caos. Este escenario se replica en las principales ciudades del país; sin embargo, debido a su densidad poblacional, Lima es el lugar donde más se concentra este problema. Pero la situación empeora en la capital porque al habitual tráfico pesado de esta época ahora se suman el cierre de calles en varios distritos por las obras de la Línea 2 del Metro y las obras de “última hora” que ejecutan diversos municipios para cumplir con el gasto de su presupuesto anual asignado. Los alcaldes tienen los primeros meses del año, meses con menos carga festiva, para ejecutar las obras y se les ocurre hacerlo en el mes de diciembre. Qué pésima gestión administrativa de estos burgomaestres. Resulta un dolor de cabeza tratar de cruzar la ciudad para ir a trabajar o realizar algún trámite. Lo mejor en esta época del año sería no salir de casa hasta que pasen las fiestas, pero eso es imposible, así que solo nos toca armarnos de paciencia.