Es de esperarse que las movilizaciones de hoy se realicen en absoluta calma y sin apelar a la violencia. Si no quieren que Dina Boluarte sea la mandataria a pesar de su legitimidad constitucional, que se cierre el Congreso, que haya una asamblea constituyente y hasta que liberen al golpista Pedro Castillo, salgan, caminen, griten todo lo que quieran y luego retírense por donde vinieron sin bloquear pistas, apedrear a policías ni atacar propiedad pública y privada. Una cosa es manifestarse y otra cruzar la línea y entrar al terreno del delito, donde la Policía Nacional y el Ministerio Público tendrán que actuar con la ley en la mano por más que después los agresores se victimicen y hasta vayan a foros internacionales a presentarse como agredidos. El Perú necesita avanzar para el bienestar de los ciudadanos. No estamos para paralizar un país golpeado por una descomunal pandemia y por un gobierno nefasto como el de Pedro Castillo, quien debe ser el más feliz con que haya violencia en las calles. Así son los agitadores profesionales.