Positivo es el anuncio del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana, respecto a que se construirá “megapenales” para enfrentar el grave problema del hacinamiento carcelario: Perú tiene 68 establecimientos diseñados para albergar a 41 mil reclusos, pero en ellos se encuentran 94 mil. La sobrepoblación carcelaria viola derechos humanos y tratados internacionales, pero sobre todo dificulta la rehabilitación y, lo peor, permite que reos dirijan desde sus celdas a bandas dedicadas al secuestro, la extorsión y el robo agravado. Los “megapenales” -necesarios en centro, norte y sur del país- no son la solución única para enfrentar a la delincuencia, pero sí son imprescindibles si buscamos acabar con las mafias y el descontrol en los centros de reclusión. También servirán para enviar a procesados y condenados, a fin de que no sigan delinquiendo en las calles con grave perjuicio para la población.