Luego del robo en manada a una tienda de teléfonos celulares de alta gama y equipos electrónicos en una de las zonas supuestamente más vigiladas, dotada de cámaras de seguridad, iluminada y expuesta del país como es el óvalo Gutiérrez, en el distrito de Miraflores, en Lima, qué se puede esperar de otros distritos y provincias. El atrevimiento de los delincuentes está llegando a límites extremos. Y ojo, este es el tercer robo bajo la misma modalidad, siempre en zonas comerciales de distritos que en teoría cuentan con recursos para tener buenos serenazgos y unidades para perseguir a los hampones que parece que se están burlando en la cara de todos. ¿Qué más viene? ¿Un asalto para robar computadoras en una comisaría, en el Ministerio del Interior o en Palacio de Gobierno? Parece ironía, pero es una cruda realidad y no tenemos a nadie que haga frente a estos hechos. Sin ir muy lejos, ayer ha sido ratificado el cuestionado ministro del Interior, Víctor Torres. Seguimos en malas manos.