La cruda realidad: Perú: El poder y la cárcel

Finalmente Pedro Castillo está en el sitio que le corresponde: la cárcel, preventivamente por 18 meses mientras se le investiga por los presuntos delitos de rebelión, conspiración, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública. “Por ladrón y golpista le esperan 35 años de prisión”, asegura el exministro del Interior Carlos Basombrío. Lo cierto es que el maestro sin palabra, el sindicalista chotano que quiso hacerse rico con toda su prole en un Perú de mucha pobreza, resultó un fiasco como mandatario y ahora el país está pagando los platos rotos porque sus seguidores extremistas y compatriotas engañados por su discurso populista bloquean carreteras y se enfrentan a las fuerzas del orden con un saldo lamentable, hasta el momento, de 20 fallecidos. La otra cara de la moneda tiene dibujado al Congreso de la República, que, precisamente ante el reclamo mayoritario, exhibe sus intereses subalternos frenando un adelanto de elecciones.