Con bombos y platillos, el Ministerio del Interior instaló una base policial con 250 agentes en emporio comercial de Gamarra para brindar seguridad a los miles de clientes que acuden a hacer sus compras y para controlar a los vendedores ambulantes que tomas calles, veredas y todo espacio posible. Ojalá que esta acción sea permanente y repotenciada para poner a raya a los delincuentes que aprovechan la aglomeración de gente para hacer de las suyas. Al despliegue de agentes debe sumarse la inteligencia policial para detectar a las mafias de asaltantes, extorsionadores y “marcas” que han convertido a la zona de Gamarra en su mina de oro. Sin embargo, los operativos de erradicación de vendedores informales debe hacerse con mucho tino y profesionalismo. Es que, a veces, los operativos generan pánico y puede ocurrir algún accidente, y eso se debe evitar.