La ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, en un momento de reflexión y profunda sinceridad, seguramente, ha pedido a la población “orar y rezar” para evitar que las autoridades sean “tentadas a robar”. Hoy, en el Día de Santa Rosa, mejor los peruanos deberíamos pedirle a la santa limeña que cada cinco años que se dan las elecciones nos ilumine para saber elegir bien a nuestras autoridades, y así no tendríamos que estar molestándola a cada rato con nuestras oraciones para que los gobernantes, congresistas y servidores públicos no roben ni caigan en actos de corrupción. Es una lástima que tengamos que recurrir a la voluntad divina para evitar algo que en realidad ni debería suceder. Lastimosamente, el mayor pecado de quienes ostentan un cargo público es ceder a la tentación de robar. La corrupción, otra forma de robo, es un mal que día a día carcome a nuestra sociedad. Ojalá y las oraciones sean escuchadas y por fin nos libremos de tremendo mal. La fe es lo último que se pierde.