Hay un refrán español que dice: “Antes se atrapa al mentiroso que al cojo”. De manera que quienes tienen la nariz larga y son discípulos de Pinocho, más tarde que temprano tendrán que rendir cuentas a la justicia y afrontar una medida punitiva. Valgan verdades, en diversos niveles, el verbo que más se conjuga en buena parte de los peruanos es mentir. Yo miento, tú mientes, él miente, nosotros mentimos, etc. Y a veces se perpetran mentiras con un descaro sin parangón que afectan directamente al prójimo. Lo vemos a diario, por ejemplo, a nivel político para desilusión de los compatriotas que votaron esperanzados en tener autoridades confiables y lo que ven son uñas largas de campeonato. La propia Magaly Medina tiene por costumbre mostrar a trampos@s amantes del engaño. Al fin y al cabo, toda mentira es nociva y acarrea un daño personal o colateral. Nada que mentiras piadosas. “Para mentiras las de la realidad, promete todo pero nada te da”, dice el trovador Joaquín Sabina.