Aunque las comparaciones son odiosas, el país aguarda con expectativa dos decisiones que marcarán el buen ánimo o la desazón en la población. Nos referimos, en primer lugar, a la respuesta que debe dar el “Tigre” Ricardo Gareca sobre su continuidad con el buzo de la selección peruana de fútbol para un tercer periodo de cara al mundial de 2026. El argentino conoce nuestra realidad pelotera y, a partir de allí, puede potenciar el equipo para no quedarnos otra vez en el repechaje. La gente lo quiere y el consenso es que siga con la Bicolor y, con él, también el director deportivo de la FPF, Juan Carlos Oblitas. Y la otra resolución que espera con ansias la mayoría del país es la renuncia, vacancia o salida de Pedro Castillo de Palacio de Gobierno. El maestro chotado baila como payaso en la indumentaria de mandatario; es decir, el cargo de jefe de Estado le quedó grande, a lo que suma fundadas sospechas de que encabeza una red criminal, tanto así que el Congreso y la Fiscalía lo tiene en agenda. Un fiasco.