Esta noche es Nochebuena y si bien cada peruano tiene un motivo personal para celebrar, lo urgente en este día es aceptar que somos sobrevivientes de una pandemia que aún no termina y que resulta necesario elevar un réquiem por el familiar, el amigo o el compañero de trabajo que partió a la otra dimensión por culpa de la COVID-19. Además, se impone la sensibilidad frente al prójimo necesitado, vulnerable, con hambre. Ya lo dice la clásica canción: “Tú que has vivido siempre de espaldas sin perdonar ningún error, ahora es momento de reencontrarnos, ven a mi casa por favor. Ahora ya es tiempo de que charlemos pues nada se perdió, en estos días todo se olvida y nada sucedió. Por eso y muchas cosas más, ven a mi casa esta Navidad”. Sentarse a la mesa no solo implica atragantarse y comer como descosidos, no; también hay que agradecer la bienaventuranza de las alturas para darnos el país bendito que nos vio nacer. Feliz Navidad a nuestro público lector de todo el país.